Gilad Shalit fue
secuestrado por Hamás en junio de 2006 en la Franja de Gaza y, tras pasar 5
años de cautiverio, el Gobierno israelí ha aceptado el canje de 1.027 presos
palestinos a cambio de su libertad. Este hecho ha propiciado que los familiares
de los 599 israelíes que murieron gracias a muchos de estos presos, se muestren
en contra. El padre de Gilad Shalit, dice entender el “precio” pagado y asegura
comprender el dolor de dichas familias.
El Gobierno
israelí ha liberado, en los últimos 54 años, a más de 13.500 presos palestinos
para recuperar con vida a 16 soldados hebreos, es decir, un militar israelí
vale unos 800 presos palestinos.
Bradley Burston,
del diario ‘Haaretz’, ha publicado un artículo titulado ‘Bravo por esta gente,
por estos israelíes’, donde trata de analizar el acuerdo alcanzado por Benjamin
Netanyahu y Hamás. En él, afirma el pago de 1.027 presos palestinos
responsables, según dice, de la muerte de 599 ciudadanos israelíes.
Por otro lado,
el Tribunal Supremo rechazó el lunes los recursos presentados por familiares de
las víctimas de los israelíes contra estas liberaciones.
Sin embargo, aún
quedan más de 5.000 presos palestinos en las cárceles israelíes soñando con ser
cualquiera de ellos los próximos en ser liberados. Según dice el abogado Nablus
Mahmud Amal, los palestinos encarcelados llevan una vida llena de “restricciones,
humillaciones y dolor que contraviene a los derechos humanos”. De hecho, hace
15 días, estos presos comenzaron una huelga de hambre.
Entre las
denuncias hechas por los presos palestinos se encuentran el aislamiento, la
separación de familiares en cárceles diferentes, la prohibición de estudiar, la
reducción de los tratamientos médicos, los castigos colectivos, en
encadenamiento de pies y manos durante las visitas de familiares y el veto para
ver canales de televisión árabes.
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